martes, septiembre 06, 2011

Dicen que siempre hay una primera vez para todo


¿Dicen que siempre hay una primera vez para todo no? bueno, esa era la primera vez que tomaba alcohol de cualquier tipo, se que soy una vieja, no tanto pero vieja, y todas las otras profesoras con las que siempre salgo llevan muchas historias de licor en el cuerpo pero yo era la única que no había tomado nunca, suena tonto pero creo que simplemente una cosa lleva a la otra, a veces somos tan flojos o tontos que dejamos pasar aspectos de la vida que quizás puedan ser muy vanos pero que en ciertos momentos, como a los cuarenta y tantos años, notas que algo tan simple se podría volver importante, por lo menos socialmente, en fin, me curé, me borré o como le digan, estaba borracha y otra cosa que no había hecho nunca comenzó a patearme por dentro, las hormonas, si las hormonas, y se que no era la menopausia, no, era una especie de calentura que me quemaba el entrepierna, si, aparte de no haber bebido nunca, tampoco había tenido relaciones sexuales, y ahora en mi mente hasta mi vocabulario mutaba ahogado en alcohol, solo pensaba en follar, pero el tiempo fue cruel y aunque en mas de algún momento tuve oportunidades en la adolescencia, eso ya paso, no lo hice y no creo que lo haga ya, me da vergüenza , no se que hacer, las posibilidades se fueron pero el entrepierna quema como el infierno, les comento cosas sucias, cochinas a mis amigas, esas otras profesoras de básica, que se ríen porque son cercanas y saben de mi secreto, alguna dice que ahora me salta la liebre, otra que tenga cuidado con el mesero que hace rato me mira, si, me miraba, porque a pesar de ser una vieja virgen de cuarenta y tantos, no me veía mal, nunca fui fea, y mientras me río sentada a la mesa y sorbiendo mas ron internamente me hago preguntas, ¿como algo tan básico y simple para todos los de mi edad, nunca pasó? ¿Que tenía yo que los espacios no se dieron? ¿Estaría enferma? ¿Algún trastorno sicológico? buscaba y buscaba dentro de mi qué estaba mal, pero no encontraba nada, y el tiempo se seguía escapando, las oportunidades se anulaban unas a otras en mi cabeza, y el alcohol sigue entrando en mis venas y se me sigue calentando este espacio hinchado que tengo debajo de la falda, entre risas y grandes carcajadas fantaseaba con el mesero, un tipo feo aunque algo joven, no me importaba, imaginaba que dentro del pantalón tenía un pedazo enorme de carne que me dejaría loca y que estaríamos toda la noche en un motel, motel que no se donde está pero que él si sabe, luego el motel era una escena muy romántica, mi mente prefería que el mesero me siguiera al baño y entrara por sorpresa y me piropeara, y yo accedía inmediatamente, fuera calzones, mis tetas al aire, tetas aún paraditas ya que no fueron deformadas por hijos mamones que te succionan la juventud, él, se bajaría los pantalones y esa masa de hombría estaría apuntándome deseosa de esto que me quema debajo, pero las dos veces que fui a vomitar al baño no pasó nada, y nada pasaría, nos dieron las cuatro de la madrugada y el mismo mesero de mis fantasías fue a avisarnos que estaban cerrando el local, ni siquiera me miró.

Todas partieron una a una, la primera estaba muy mal y por eso tomó el primer taxi, su marido se enojaría pero eso no evitaría que en un futuro cercano se la metiera pensaba yo, las otras tres se fueron juntas porque viven cerca, lo que es yo, vivía al otro extremo de la ciudad, casi donde esta termina, el taxi llegó y frenó frente a mi, dentro estaba oscuro y no pude ver bien al conductor, tampoco me di cuenta que me senté en el asiento del copiloto y no atrás como acostumbro, pero no importaba mucho ya que muchas acciones no importan en el estado que me encontraba…

- Estuvo bueno el carrete-

- Si...pero no tanto jaja-

- ¿Dónde?-

- Al final de la avenida Cicardinni-

- Lejos, tendré que pasar a cargar combustible ¿no le molesta?-

- Nop-

Las luces de las calles parecían pequeños insectos volando por el cielo negro de la ciudad, pequeñas hadas, imaginaba que alguna bajaba y me concedía algún deseo que enfriara este fuego hinchado y colorado que llevo entre las piernas, miro hacía al lado y las luces iluminan un rostro feo y desaseado, barbón con pinta de vagabundo, no hay fantasías con el chofer, prefiero imaginar que en mi casa me espera el pelado de “El Transportador” y me hace cosas que me sonrojan, miro por la ventana y desconozco el paisaje que veo, calles por las que nunca he estado, eso me asusta un poco, vuelvo a mirar al conductor pero este hace caso omiso de mi mirada, dentro de tanta oscuridad y pasajes tenebrosos logro ver una luz cercana, el tipo se estaciona y baja del taxi, conversa con el tipo de la gasolinera quien tiene el mismo aspecto de desaseado que el chofer, ambos conversan y miran en mi dirección, no se de que hablan pero algo traman, me miran y sonríen con aspecto amenazador, esto me asusta un poco, logro escuchar las palabras “cerro”, “oscuro”, “violación”. El tipo vuelve a subir al auto y partimos, tengo miedo, mi corazón se acelera, quiero abrir la boca para preguntar donde me lleva pero no puedo hacerlo, frente al camino puedo ver un cerro contrastando con lo poco que la luna ilumina el cielo, mis manos se aprietan entre si, las oculto entre mis muslos como si eso ayudara en algo, no sé que hacer, el vehículo comienza a subir, las hadas que alumbraban el camino con su vuelo quedaban atrás, todo está negro, mi corazón acelera mas pero distinto, no parece ser miedo, mis manos se aprietan mas pero tampoco parece ser miedo, se aprietan contra mi cuerpo, mis dedos comienzan a frotarse contra la falda, algo en mi se humedece con el calor del infierno que llevo en el sexo, debe ser la borrachera, el descontrol, quiero que el vehiculo se detenga ya, que este tipo feo y sucio frene para cometer el crimen que vino a cometer, no me importa ser la portada del diario de mañana, “profesora es encontrada muerta en cerro de la ciudad”, eso no importa, quiero que apague este fuego, quiero que pare y que me meta ese pedazo cochino de mugre que lleva desde que nació varón, quiero que me lo meta en la “concha” como dice la María, que me la “chupe” como dice la Jacqueline, que me la meta “por detrás” como dice la Ana que es mas rico, pero que lo haga ya, esta es la única oportunidad que tengo de tener un hombre entre las piernas, la última oportunidad, estamos justo en la cima del cerro, del otro lado puedo ver las luces de la cuidad, el taxi sigue avanzando, reconozco de lejos una pequeña casa blanca, el automóvil se dirige directo hacia ella, el vehiculo frena, el tipo dice “pasar por ese cerro es una violación a la ley, pero llegamos mas rápido a su casa”, le pagué, me bajé, él se fue, abrí la puerta de mi casa y antes de lograr entrar caí al suelo de rodillas llorando, al día siguiente me volví alcohólica.

viernes, agosto 19, 2011

No es mierda es solo sangre.


No es mierda es solo sangre, y la mancha en el papel le recuerda el helado de chocolate que comía momentos atrás y esa mano cálida que lo paseaba por el parque, no es mierda piensa, quizás aliviado, su mamá, pobre igual que él lo espera, él insiste en recordar el paseo, el helado, piensa en la cara de felicidad que pondrá su madre, piensa que tal vez sus hermanos mas pequeños que él, que también es muy pequeño, siete añitos nada mas, podrían disfrutar de un poco de helado de chocolate, o de frutilla, o del que ellos quieran, la verdad es que nunca había comido helado y no sabe bien que sabores existen, piensa en el sabor a hueso de pollo, a la sopa de sorpresa como le llama su mamá, nombre que a nosotros nos traería recuerdos no muy gratos hablando de comida, pero que sin embargo para él son representativos del cariño de su madre, quizás de su plato favorito. No es mierda piensa aliviado, no le gusta ensuciar su ropa porque su mamá no tiene donde lavarla, e imagina que llegar al pedazo de tierra y palos que llama casa, con manchas de caca encima, sería lo peor que le podría hacer a su progenitora, así que aliviado recuerda su primer helado que estaba tan rico, tan dulce, también recuerda el columpio, el resbalín, lo verde del parque en contraste con el ocre de su casa, de su tierra y montón de palos, recuerda los colores, los olores, recuerda que nunca había sido tan feliz y se siente ansioso por contárselo a su mamita, porque también a ella le lleva una sorpresa, por eso lo tranquiliza el echo de que no sea mierda, solo sangre, lo tranquiliza recordar los abrazos, todo el cariño del que fue parte, muy parecido al que le da su mamá, y como nunca tubo padre se entregó por completo a la fantasía, pensó que así debería sentirse tener papá, o papi como le dijo que lo llamara, pensó que tener papi, era eso, una salida al parque, el columpio, el helado, el cariño, los abrazos, pensó que el dolor no importaba con tal de tener padre por un día, el baño sucio y hediondo no le pareció nada mal debido a que siempre vivió entre mugres, todo con tal de sentirse amado, su inocencia se lo dictaba, eso era amor y nada mas, aunque sus lagrimas en esos momentos no eran de felicidad sino que del mas puro dolor, insistió en pensar que valía la pena por celebrar el día del niño alguna vez, un día por lo menos, pensó que su madre estaría contenta cuando le contara todo lo que le pasó, que tuvo papá por un día, aunque este lo halla dejado en el suelo del baño, llorando, con un par de billetes en una mano y papel higiénico en la otra, unos para hacer feliz a su mamita y lo otro para limpiarse el “amor” que le dejó encima, seguía convenciéndose, o convencido de que el dinero le serviría a su madre, y de que a pesar de su larga ausencia, sucio no llegaría, porque la mancha en su ropa interior no es mierda, es solo sangre.

lunes, agosto 15, 2011

EDUCACION GRATUITA


Yo los apoyo, en verdad que los apoyo, de todo corazón los apoyo, porque en realidad creo que la educación debería ser gratis, creo que MI educación y la de mis hijos debería ser gratis, porque en realidad creo que TODO en esta puta vida debería ser gratis, no me malentiendan, pero me gustaría poder quedarme en la casa pajeándome y que alguien me regalara ese Led de 50 pulgadas junto a un Blue-Ray con la colección completa de Star Wars, o de Star Trek, o de Volver Al Futuro, que esa linda y gran casa fuera gratis y que tuviera piscina y un estudio de grabación para mi solito, que todos los comics y figuritas de colección fueran gratis, pero no me malentiendan, en verdad que los apoyo, soy fiel creyente de que este movimiento logrará grandes cosas, soy fiel creyente de que este movimiento estudiantil tiene al gobierno por los huevos, así que no paren amigos, ¡no!, sigan luchando y consiguiendo lo imposible, y entre medio traten de conseguirme ese Led de 50 y esa casita con estudio y piscina, por las figuritas no se preocupen pero si pueden, por último, consíganme ese Scarecrow Yellow Lantern que no me pude comprar cuando estaba en Lima porque el viejo culiáo del vendedor le subió el precio, pero no me malentiendan, no señor, porque en verdad que los apoyo, aunque en las marchas me vean muerto de la risa, no es de ustedes de quien me río, no señor, solo de algunos que piden educación gratuita y pagan por lo único que por lo menos yo siempre he tenido gratis, me río de esos que pagan por culiar.

miércoles, junio 29, 2011

CARNE DE COLOR NEBLINA. (Re-escritura de “Nuez”)

Soy un cuerpo gris hundiéndose en un mar gris.

Dos semanas encerrado. Dos semanas de tiempo gris, de este humo gris que emana de mi boca, de mis pulmones, hierba verde encerrada y quemándose en un delgado y tibio papel de arroz, analogía de mis tripas quemándose envueltas en una putrefacta carne gris. La extraño desde que se fue, mis tripas me dicen que era amor, mis tripas me dicen que siga fumando, que siga tomando, que siga olvidando. En el televisor que esta al otro lado de esa nube gris que llena mi habitación, le enseñan a alguien como quitarle un revolver a otro alguien. Afuera el sol mata. Adentro las emociones matan. Prefiero la mierda de ese sol del exterior.

Caminando.

Mi jefe me despide. No lo culpo me veo como un puto borracho, después de todo yo solía ser una especie de modelo de pasarela en la oficina y el guatón peludo tras el escritorio me pagó lo de estos días de inmediato. Un poco de dinero = mas hierba y alcohol.

Yo solía ser la sonrisa,
Yo solía engañar trozos de carne
La carne al favor de mi sonrisa
Mi ropa mi piel de alto calibre
Mis palabras balas rasantes
Los trozos de carne me amaban
Amor
Amor
Dolor
Amor
Dolor
Odio
Dolor
Amor
Dolor
Odio
Odio
Odio……………………………………………………………………………………………………………………………………….

Despierto.

Voy en un taxi donde unos amigos que tienen un bar al otro lado de esta puta ciudad. El taxista pregunta si en el camino podemos recoger a alguien. Mi mano con un gesto responde. No se que responde. En el camino el chofer para y en la esquina una puta. Ese par de enormes tetas sube al auto y me sonríen. Mis auriculares en alto volumen me dicen que llore cantándome una canción que me recuerda que mis tripas la amaban. Afuera el sol se esta yendo y el cielo esta volviéndose gris, las nubes volviéndose grises, como el humo gris que me recuerda mi habitación gris, humedad gris, la humedad de su cuerpo chupándome hasta la última gota de sudor caliente.

Eso no es amor
Eso no es amor
Eso no es amor
Eso no es amor…………………………………………………………………………………………………………………..

Despierto.

El arma, el revolver apunta a mi cara, mi ropa mi piel, mi teléfono, mi billetera, caros. Robarme era la idea. Mis auriculares opacan la dulce voz de la agria puta. Mis auriculares me cantan al oído como lo hacia ella, ella razón del dolor en mis tripas. Amor = Dolor = Odio. Mis manos en alto sueltan los aparatitos que me cantan al oído. Odio. Mis manos guiadas por un humo gris que recuerda un televisor gris con un alguien gris que quita un revolver de grisáceo metal. Odio. Mis manos sujetan el gris metal. Odio. La puta grita. Odio. Yo sujeto la nuez del revolver. Odio. La puta grita. Odio. La puta grita, el chofer grita y se mueve. Odio. Suelto la nuez entre forcejeos con la puta. Odio.

Un disparo.
Una oreja vuela por la ventanilla.
Yo
Tengo
El
Revolver.

La puta con sangre en ella. El chofer con una oreja faltante y un cañón en la nuca, cañón guiado por una mano guiada por una niebla gris. Llegamos donde dejaban a los robados.

Chofer, golpe en la cabeza… inconciente al maletero. La puta lo amarra. La puta me calienta. Las tetas me calientan. La puta llora. Llanto = dolor = amor. La puta me calienta. Calentura, sexo, amor. Arrodillada llorando en el suelo a un costado del auto me calienta. Le apunto le digo que chupe. Se rehúsa. Golpe con el mango del revolver en la frente. Llora. Le apunto le digo que chupe. Con un esfuerzo se acerca lentamente al cañón de mi arma y lame lentamente el gris metal dejando una estela de saliva gris. Saco violento el cañón de ese agujero oscuro que es su boca y grito - ¡Chúpala como si fuera una tula! ¡Como si te gustara! ¡Como una pija de burro! ¡El pedazo más grande de un negro mutante! ¡COMO SI FUERA UNA GRAN PIJA DE NEGRO MUTANTE!
Llora. Pero accede. Comienza lentamente, comienzo a creerle. La puta me calienta, Calentura, sexo, amor, todo gris. La puta se toca, la puta me calienta. Odio. Lengua gris. Amor. Saliva gris. Odio. Tetas grises. Amor. Carne gris. Odio. Me calienta. Amor. Me corro.
Odio.
Odio.
Odio.
Me corro.
Ho Dios.
Me corro.
Ho Dios.
Me corro.
Yo Dios.
Me corro.
Soy Dios.
Disparo.

Dejo a la puta tirada en el suelo. El graffiti a sus espaldas goza de una nueva frescura con los trozos de sesos, cráneo, sangre y carne gris regados en el. Manejo hacia la costa por un rato y luego me acuerdo del tipo en el maletero. Me estaciono en el mirador donde todos se van a follar. Me bajo del taxi y miro hacia abajo desde el mirador como la gris espuma del mar se asemeja al gris de mi habitación. Quiero saltar y envolverme en esa frazada helada y congelar así mis pensamientos y emociones para perpetuarlos grises como son. Quiero regalarle esa libertad al tipo en el maletero que le falta una oreja. El tipo no se si duerme o ya murió. No importa. Lo tomo por las axilas y pongo su estomago en el borde del mirador. Tomo sus pies. Levanto. Cae. Se estrella en las rocas. Las holas grisáceas se llevan su cuerpo hacia la libertad de mi habitación. Siento el revolver tibio en mi bolsillo y se exactamente que debería estar pensando aquel tipo que se aleja flotando.

Soy un cuerpo gris hundiéndose en un mar gris.

domingo, junio 19, 2011

Tercer domingo de junio.

A ti pobre niñito
menor de edad
Asustado huyes
Y te vas sin saber que soy
Que seré
Te vas
Antes que nazca siquiera
A ti
Que indiferente pasas a mi lado
Indiferente me pateas
Dejas indiferentes moretones en mi futuro
A ti
Que a trabajar me alientas
Y mis pies pequeñitos sangran
Y Sangran mis ojos humedos
A ti
Que por dejar a una
Dejaste a dos
Que me dejaste a mí
A ti
Que ahogado en alcohol
Me pateas las costillas
Que me pateas las tripas
Que pateas bien hondo
A ti
Que eso que le metiste a mi madre para engendrarme
Me lo metes también a mí
Lo metes alcoholizado
Lo metes sobrio
Lo metes conciente de hacerme daño
A ti
Que te pedí cariño
Y gritaste ¡GOOOL!
Y mi voz grita ¡YO!
A ti
¡Y SOLO A TI!

Feliz día papá.

jueves, marzo 31, 2011

SENSIBILIDAD DE POETA

Para ser poeta hay que tener
Sensibilidad emocional de poeta,
Por eso yo no soy,
Ni sensible
Ni poeta,
No veo belleza en el cielo,
Solo una mancha celestina,
Ploma,
Negra,
De manchones blancuzcos,
De puntitos huevones,
Ni siquiera de puntitos,
Se que son bolas de gas
Quemándose a lo lejos,
Se que mis bolas se queman
A lo cerca.
Yo no veo belleza en el amor,
Solo veo egoísmo
Y conservación de la especie,
Si,
Lo disfruto a concho,
No digo que solo sea chocolates y una paja,
Pero mi sensibilidad se queda
En la percepción de mis viseras,
Siento
el pe`o que me recorre las tripas,
¿Acaso no es eso arte?
No veo belleza en la gente,
¿Dónde?
¿En la limosna?
¿En el pendejo que ayuda a subir
A la vieja en la micro?
O
¿En las intenciones de ese huevón
Con su pre-adolescente hija?
¿En el flaite que roba porque entre sus pares
Eso “la nlle`a”?
No señores,
Soy incapaz,
Me alieno ante sus coño-bellezas
No soy capaz de sentir más que
Rabia,
Tripas,
Para mí,
La sensibilidad emocional de poeta,
Es lo mismo que
Sensibilidad vaginal de puta.

lunes, abril 19, 2010

¿Irónico o no? (Juguetes en su caja)

¿Cómo empezar? Quizás por el comienzo, pero como no sé bien ni donde ni cuando comenzaron mis no tan extrañas adicciones, empezaré por aquel día en que descubrí la verdad, tal vez la verdad mas esperada por mi, acerca de esto que solía llamar mi no tan llamativa… vida.

Llegaba un día temprano desde el trabajo, lo cual no quiere decir, que yo sea uno de esos maridos perfectos, no, según mi parecer todo lo contrario, pero me apuraba siempre para llegar temprano a casa, y también cada vez que debía dejar sola a mi pareja en mi hogar, lo extraño era que mis manos sudaban por todo el tiempo que me tomara regresar, y en mi mente siempre me asechaba el mismo pensamiento, tal como en aquel día.

Apresuraba mis pasos con miedo, con miedo de ser descubierto, de que en ese preciso momento la limpieza compulsiva de mi mujer hubiera alcanzado aquel sector por el temor protegido, aquel rincón de la casa en donde se esconde mi lado mas oscuro, aquel sector que es parte de mi cotidiano existir y el que quisiera erradicar para siempre y así poder tener una vida “normal”, una vida “sana”.

A pocos pasos de mi casa, mi pulso se aceleraba como siempre y una mano en mi bolsillo buscaba resbaladizamente las llaves del antejardín, mientras que la otra sujetaba el portafolio de la oficina.

Una vez abierta la reja, mi frente era campo de diversión para suicidas gotas de sudor.

¿Nerviosismo? Puedo asegurar que lo era.

Ya ad portas de mi hogar, una vez cursado el corto pasillo del ante jardín hasta la entrada principal, creo escuchar un ruido que provenía desde dentro de la casa, así que posé delicadamente mi oído en aquella gran puerta de madera para calmar mis dudas, pero, estas se acrecentaron, ¿eran esos ruidos lo que yo creía?, ¿había sido descubierto?, ¿habían llegado las suaves manos de mi esposa hasta aquel rincón en la bodega tras muebles viejos y cajas de objetos sin uso y recuerdos del pasado?, ¿ habían llegado los bellos ojos almendrados de mi mujer a divisar aquella caja color marrón en la que ocultaba lo que yo creía era el lado más oscuro de mi vida?, y de ser así, ¿serian ciertas mis suposiciones?, ¿estaría el contenido de aquella caja color marrón siendo reproducido?, ¿seria eso lo que escuchaba desde la puerta?.

A mi parecer, aún afuera, el ruido provenía desde el estudio, así que rodee la casa por la izquierda, para espiar por la ventana el lugar de mi hogar en donde yo hacía la mayor parte de las tareas laborales que me acompañaban en el portafolio, tareas que llevaba a casa precisamente para llegar mas temprano. En el corto camino, mis manos temblaban, mi corazón quería romper mi pecho y salir huyendo, no lo culpo, yo también quería correr y no darle certeza a mis pensamientos, no quería verificar si era cierto que mi amada esposa había encontrado mi más oculto secreto.

Sudo mucho saben, mis manos y mi cara, mi espalda y mi cuello, estaban empapados.

A medio camino, el cual no tenía mas de unos diez metros, creí dar por cierto mis suposiciones, el ruido ya era bastante claro, mi esposa me había descubierto, y ahora tendría que darle una explicación, pero ¿Cómo explicarle a tu esposa que eres adicto a algo que ella creía, según acotaciones en mas de alguna conversación, tan aberrante?

Mi mente voló por un rato en imaginarias conversaciones que se tornaban rápidamente discusiones, discusiones en las que mi esposa me gritaba y reclamaba la existencia de aquella caja color marrón, lloraba ella mientras me preguntaba si alguna vez quise cumplir o si concretamente cumplí en algún otro lugar alguna de las escenas que aparecen en aquellos videos ocultos en la caja color marrón, videos que claramente despertarían ciertas fantasías en mi, ciertas perversiones y quien sabe que otras cosas. Luego de las imaginarias discusiones, en mi mente, era abandonado por mi amada mujer, ella se iba a vivir con una de sus hermanas y pronto me pedía el divorcio. Me complicaba en mi cabeza tratando de explicarle a mi conyugue que de verdad la amaba, pero después pensé que quizás el amor sea lo mas difícil de explicar.

Luego, hundido en una dolorosa angustia provocada por este imaginario futuro, decidí seguir caminando y ver por la ventana la actitud de mi esposa ante lo que yo creía ella percibía como mera abominación.

Con pasos temblorosos, húmedas manos y una angustiante opresión en el pecho llegué a posarme sobre el pasto, por debajo de la ventana del estudio la cual daba al patio, y ya en ese punto cuando mis dudas se habían concretado por completo, dado que, lo que en ese momento escuchaba eran claramente melodías orquestadas por el acto sexual, mi fanatismo y clara adicción a la pornografía aún no podían reconocer cual de todos los videos habrían escogido al azar los finos dedos de mi esposa, así que me dispuse a erguir el cuerpo para espiar por la ventana, pero esto se me dificultó un poco debido a mis temblorosas rodillas, hasta que alcancé la ventana y logré reconocer a mi esposa, seguido a eso mis rodillas perdieron su fuerza por completo y caí al piso, sorprendido.

Mi confusión era inmensa.

Mi confusión, redundantemente, me confundía.

Mis dudas crecían cada milisegundo, se amontonaban hirientes en mi cabeza y nublaban mi sano juicio, me presionaban a actuar se alguna manera y aún así mi cuerpo era incapaz de moverse.

Sin darme cuenta estaba espiando nuevamente por la ventana, el panorama me dolía, y aún así no podía dejar de verlo, los gemidos de mi esposa sonaban punzantes en mis oídos, pero solo como si fuera la más bella melodía con demasiado, demasiado volumen. La imagen frente a mi representaba mucho más de lo que siempre quise de ella, demasiado más, pero aún así cierta alegría se mezclaba con el llanto que me destrozaba el pecho, la alegría de saber que mis esperanzas de ver a mi mujer comportándose como una verdadera actriz porno en la cama no distaban mucho de la realidad, lo estaba viendo en ese mismo momento, pero, debería haber sido yo uno de los tipos que estaban sobre ella, debería haber sido yo el único tipo con ella.

Aún así, no podía dejar de espiar por la ventana del estudio, aquel estudio en donde yo hacia la mayor parte de las tareas del trabajo que llevaba hasta mi casa, aquel cómodo estudio.

Mi confusión, mis dudas, el llanto, la opresión en el pecho, mi corazón queriendo huir, el dolor, la excitación, el placer que me provocaban las imágenes en ese momento casi indescriptible, me llevaban a preguntar si acaso era yo el problema, ¿sería yo quien no podía despertar la furia sexual en mi amada esposa?.

Aquel día llegaba casi tres horas más temprano que de costumbre, así que estuve esas tres horas espiando por la ventana. Uno a uno se fueron cansando los cuatro hombres que acompañaban a mi esposa y quienes complacían sus mas sucios deseos, después de dos horas y cuarenta y cinco minutos, el ultimo ya se había ido y solo quedaba mi mujer quien limpiaba todo rápidamente para luego dirigirse al living de la casa que era en donde yo la encontraba siempre que llegaba del trabajo, sentada, leyendo el periódico y sonriente, reluciente.

Una hora después, después de haberme quedado sentado sobre el pasto bajo la ventana del estudio que da al patio, me decidí por entrar.

Mis manos buscaron resbaladizamente las llaves de aquella gran puerta de madera, y me dispuse a entrar a mi casa, y ahí estaba ella, sentada leyendo el periódico, y con una cara entre sorpresa y cierto disgusto, me preguntó porqué me había demorado tanto en el trabajo, como queriendo decir que si la hubiese llamado antes para avisarle, ella habría aprovechado mejor el tiempo, mi respuesta no la recuerdo, creo que en ese momento aún estaba choqueado.

El resto del día, fue igual que todos los días.

Ese día aprendí dos cosas, la primera es que todos podemos tener adicciones, así que de cierta manera perdoné en silencio a mi amada esposa, y la segunda es que un orgasmo puede doler tanto que parece que estuvieras muriendo, puedes sentir a la vez que el placer, como se rompen tus entrañas y se queman dentro de tu cuerpo, luego terminas por vomitar esa masa putrefacta que queda dentro de ti y no puedes evitar preguntarte si así luce tu alma.

Después de todo eso bote a la basura aquella caja color marrón junto a todo su contenido.

Hace unas semanas hablé con mi jefe quien no puso reparos en que trabajara solo desde mi casa, dijo que siempre había sido un buen empleado y que mi esposa estaría feliz de pasar todo el día conmigo, desde entonces salgo todas las mañanas de mi hogar como si fuese a la oficina, y voy a sentarme en una de las bancas de una linda plaza que hay en el lado sur de la ciudad, donde sé que mi esposa no me encontraría si se decidiera por tomar un paseo matutino.

Me siento y espero, por largas horas solo espero.

Luego de un largo esperar me dirijo a mi hogar, abro la reja del antejardín tratando de no hacer ruido, y me dirijo sigilosamente hacia el patio para espiar a mi amada esposa por la ventana del estudio.

Cotidianamente llegan entre dos y cinco hombres a visitar mi cómodo estudio, no siempre son los mismos, aunque más de algunas veces se repiten las caras que logro ver.

De alguna manera estoy contento, ahora sé que mi mujer podría cumplir con todas mis perversas fantasías sexuales, pero últimamente me he preguntado que sienten aquellos asiduos coleccionistas que no se permiten abrir el envase de los juguetes que a ellos tanto les gustan,… pero sudo mucho saben, y cada vez que estoy sobre la tibia y desnuda figura de mi amada esposa, haciendo el amor con la simpleza y cotidianeidad de siempre, el sudor se encarga de disimular mis lagrimas que caen gota a gota sobre su suave piel.