viernes, agosto 19, 2011

No es mierda es solo sangre.


No es mierda es solo sangre, y la mancha en el papel le recuerda el helado de chocolate que comía momentos atrás y esa mano cálida que lo paseaba por el parque, no es mierda piensa, quizás aliviado, su mamá, pobre igual que él lo espera, él insiste en recordar el paseo, el helado, piensa en la cara de felicidad que pondrá su madre, piensa que tal vez sus hermanos mas pequeños que él, que también es muy pequeño, siete añitos nada mas, podrían disfrutar de un poco de helado de chocolate, o de frutilla, o del que ellos quieran, la verdad es que nunca había comido helado y no sabe bien que sabores existen, piensa en el sabor a hueso de pollo, a la sopa de sorpresa como le llama su mamá, nombre que a nosotros nos traería recuerdos no muy gratos hablando de comida, pero que sin embargo para él son representativos del cariño de su madre, quizás de su plato favorito. No es mierda piensa aliviado, no le gusta ensuciar su ropa porque su mamá no tiene donde lavarla, e imagina que llegar al pedazo de tierra y palos que llama casa, con manchas de caca encima, sería lo peor que le podría hacer a su progenitora, así que aliviado recuerda su primer helado que estaba tan rico, tan dulce, también recuerda el columpio, el resbalín, lo verde del parque en contraste con el ocre de su casa, de su tierra y montón de palos, recuerda los colores, los olores, recuerda que nunca había sido tan feliz y se siente ansioso por contárselo a su mamita, porque también a ella le lleva una sorpresa, por eso lo tranquiliza el echo de que no sea mierda, solo sangre, lo tranquiliza recordar los abrazos, todo el cariño del que fue parte, muy parecido al que le da su mamá, y como nunca tubo padre se entregó por completo a la fantasía, pensó que así debería sentirse tener papá, o papi como le dijo que lo llamara, pensó que tener papi, era eso, una salida al parque, el columpio, el helado, el cariño, los abrazos, pensó que el dolor no importaba con tal de tener padre por un día, el baño sucio y hediondo no le pareció nada mal debido a que siempre vivió entre mugres, todo con tal de sentirse amado, su inocencia se lo dictaba, eso era amor y nada mas, aunque sus lagrimas en esos momentos no eran de felicidad sino que del mas puro dolor, insistió en pensar que valía la pena por celebrar el día del niño alguna vez, un día por lo menos, pensó que su madre estaría contenta cuando le contara todo lo que le pasó, que tuvo papá por un día, aunque este lo halla dejado en el suelo del baño, llorando, con un par de billetes en una mano y papel higiénico en la otra, unos para hacer feliz a su mamita y lo otro para limpiarse el “amor” que le dejó encima, seguía convenciéndose, o convencido de que el dinero le serviría a su madre, y de que a pesar de su larga ausencia, sucio no llegaría, porque la mancha en su ropa interior no es mierda, es solo sangre.

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