sábado, enero 30, 2010

DUELEN LOS DEDOS

Los poetas de verdad,
No se ni donde ni como escriben,
lo que es a mi,
me vienen ganas de escribir
Cuando precisamente no tengo donde
Ni como
Hacerlo,
A los poetas de verdad
Se les puede imaginar
En sus estudios,
En sus salas,
En sus comedores,
En sus sillas de madera
Con su cigarrillo nublando el ambiente,
Cuando un simple mortal como yo
lee alguno de sus poemas,
Se les puede imaginar observando el objeto de su oda quizás,
Lo que es yo,
Me vienen ganas de escribir
Cuando precisamente no tengo donde
Ni como
Hacerlo.

Antes de aquel lujurioso y
Apasionado
Orgasmo,
-mi amor necesito escribir algo-
-bueno mi amor, pero
Yo necesito cortarte la tula-
Así que no escribo,
Solo pienso y olvido
Mientras ruego porque ella olvide el cuchillo.

Solo pienso en escribir y
Con papel en frente
Solo olvido,
-¿está trabajando con el libro de actas señor Morales?-
-no, solo necesitaba escribir algo-
-¿en el libro de actas señor Morales?-
-es solo la hoja en blanco que traen al final jefa-
-¿pero es propiedad de la empresa señor Morales?-
-si es solo que…lo siento jefa,
No volverá a pasar-
-eso espero señor Morales-
-métete el libro en la raja vieja culiá-
-¿como dice señor Morales?-
-nada que descanse jefa-
-buenas noches señor Morales-
-hasta mañana conchetumadre-.

FELIZ AÑO NUEVO

Las tripas se arremolinaban en mi vientre y en las ideas.

Entraban de a uno y con sus parejas, unos primero y otros después, el ritual se repetía mientras pasaban el umbral de la puerta de mi casa, feliz año nuevo decía yo constantemente a la vez que los abrazaba, a mis amigos, eso eran todos los invitados a esta fiesta, eran mis amigos, menos uno.

Las tripas se apretaban y hacían despreciable la situación, yo sonreía con alegría detrás de mi esposa.

Uno a uno avanzaban dentro de mi casa y llenaban los vasos vacíos que esperaban en la mesa junto a los bocadillos, sin darme vuelta, esperándolo, escuchaba los hielos chocar contra el fondo de vidrio listos para ser bañados en ron o vodka, yo no estaba listo para lo que me esperaba. Mis amigos, porque eso eran todos, y no eran muchos, carcajeaban con ganas entre la música y el alcohol, más hielo, las sillas, bocadillos, la mesa, el abrazo, feliz año nuevo, carcajadas, risas, felicidad, la música, suena nuestra canción, la odio, la ansiedad, mis tripas, las ideas, mis amigos no eran muchos, pero el tiempo parecía transcurrir de manera extraña, y el último en la corta pero interminable fila de compañeros en la vida, era él, junto a su linda, bella, simpática, sexy esposa.

Cuando llego el momento el nudo en mis tripas llegaba a mi garganta, había tratado de ahogar aquel nudo con unas copas de vodka hace unos minutos, -no queremos que seas el que mas se divierte en esta fiesta, ¿cierto?- dijo mi esposa antes que llegaran los invitados, yo parecía no escucharla en esos momentos, igual que ahora que se paraba Ana frente a mi extendiendo sus lindos, bellos, simpáticos y sexys brazos para que yo con mis brutos, feos, perdidos, inconcientes brazos, la abrazara y continuara disimuladamente el ritual, feliz año nuevo, traté de alargar la frase lo mas que pude, al igual que con el abrazo, cerré los ojos y trate de pensar que el tiempo se detenía ahí con ella acurrucada dentro de mi pecho, pensé que podría quedarme así por siempre. Pero el tiempo no se detiene, el tiempo transcurre rápido y con hambre, te devora de a trozos y te va dejando heridas, y duelen, el tiempo pasa y vamos cometiendo errores que no vimos venir, hacemos cosas que no deberíamos hacer, nos mordemos los labios con frecuencia y no logramos ahogar el dolor en alcohol ni en los antidepresivos que tomas a escondidas de tu esposa, y esto solo se suma a la lista de cosas, que no deberías hacer, a escondidas de tu esposa, entonces la suelto, la dejo desprenderse de mi pecho y me preparo para lo que viene, veo la cara de su marido, me ve directo a los ojos, se lo que va a decir, la última vez que hablamos por teléfono me dijo exactamente que sería lo que me diría aún sin nombrar las palabras exactas, pero yo sabía cuales eran, así que me acerco a él, el último en la fila de amigos, todos eran mis amigos en aquella fiesta, las tripas, el dolor, la ansiedad, el vómito en la garganta, todos eran mis amigos.

Un paso mas, ya estoy frente a él, es grande como yo, todo hombros y todo pecho, me ve directo a los ojos, el tiempo se entierra en mi espalda segundo a segundo, no queda mas que hacer presente lo que desearía dejar como un futuro que nunca llegará, estamos frente a frente pegados uno con el otro, yo extiendo mis brazos y el se abalanza contra mi, …me abraza con fuerza como si fuera a fusionarse conmigo, acerca su boca a mi oído y lo susurra suavemente con su propio nudo de tripas en la garganta – te amo – dice, - yo también te amo – le respondo, en voz alta decimos feliz año nuevo, y ambos soltamos lagrimas. Mi esposa me dice que lo llamaré en su nuevo trabajo en el otro extremo de la ciudad, yo le respondo que solo nos emocionamos por la despedida y las fiestas, nadie ha notado nada. Nadie lo notará ya.